Perspectiva Biológica
Las artes marciales como cualquier otra actividad física trae varios beneficios a nuestro cuerpo, tales como mejor capacidad cardíaca, más fuerza muscular y mejor resistencia. Pero estos beneficios son transversales a muchos deportes. Por otro lado, muchas de las situaciones y cambios presentados a continuación también, se pueden presentar en adultos, la diferencia radica principalmente que los niños y niñas al tener su cuerpo todavía en desarrollo son más susceptibles a estos cambios. Entonces, ¿existen beneficios particulares que se destaquen más en los niños y niñas que practiquen artes marciales?. Además, existe algún riesgo, tal como, mayor probabilidad de lesionarse, mayor predisposición a ciertas enfermedades, entre otros.
Se han realizado varios estudios asociados a cambios en el desempeño físico en niños y niñas que practican artes marciales.
Uno de los beneficios estudiados es el trabajo realizado por (Wasik 1, 2015, 8-21) en el cual se compara las posturas corporales entre niños practicantes de taekwondo y niños sin actividad física, en este estudio se observa que niños y adolescentes, que practican artes marciales de forma recurrente tienen un 50% menos de incidencia de problemas de posturas, sobre todo cuando el entrenamiento se extiende por más de dos años.
Otro beneficio, en el cual se destacan las artes marciales, es el desarrollo de la capacidad respiratoria en niños y adolescentes. Esto fue estudiado y comprobado por (Ryszard1, 2015, 8-21). En el cual se observa que aquellos jóvenes que practican de forma regular Judo, sin llegar a un nivel profesional o competitivo, pueden mejorar su capacidad respiratoria en hasta un 20% con respecto a jóvenes sedentarios, incluso superando la capacidad respiratoria de jóvenes que participan en clases de canto.
En adición a lo ya mencionado anteriormente, existen diversos estudios que avalan que la práctica de artes marciales promueve un mejor desarrollo muscular (Fong, 2013, 15-18) (Donovan, 2006, 5-12), permitiendo tener más fuerza y también rangos de movimientos más amplios, esto se da en particular en las extremidades inferiores, debido al constante entrenamiento de patadas. En particular en el estudio realizado por (Donovan, 2006, 5-12), se concluye que este mismo entrenamiento a alta velocidad, conlleva a menores tiempos de reacción, dado un aumento significativo en la velocidad de movimiento promedio. Pero, este estudio también compara el desempeño físico de la musculatura del tronco, al comparar estos grupos musculares no se encontraron grandes diferencias, por lo cual se propone que se debe realizar un entrenamiento complementario para evitar posibles lesiones en la parte baja de la espalda. Dentro del desarrollo musculo-esqueletico, la practica de artes marciales desarrolla las fibras musculares de otra manera, un ejemplo de esto es que un cinturón negro, sin la necesidad de tener un musculo hipertrofiado ni realizar ejercicios de fuerza como pesas tenemos una velocidad y fuerza muscular avanzada y también mediante al constante ejercicio somos capaces de resistir entrenamientos de alta intensidad por una cantidad de tiempo importante. Esto se debe a que nuestras fibras son mayoritariamente mixtas, fibras musculares rosadas o fibras oxidativas-glucolíticas rápidas, que presentan rasgos de la fibra roja (lenta y resistente) y la blanca (veloz pero se fatiga rápido).
La fibra rosada tiene grandes cantidades de mioglobina, capilares y mitocondrias. y al mismo tiempo, son capaces de contraerse a una velocidad rápida, con una resistencia a la fatiga moderadamente alta.
Relacionado con lo anterior, la práctica constante, entrenamiento diverso entre fuerza, velocidad, precisión y combate con diferentes adversarios nos ayuda a tener un mecanismo de respuesta mucho más rápido y eficiente conforme pasan los años y se va avanzando en grados. Ya que los constantes golpes y ataques que debemos ir bloqueando y ejerciendo, buscando los ángulos de incidencia, el control y precisión, todo esto en segundos , nos hacen permear y reacondicionar nuestro cerebro generando más conexiones neuronales y con mayor rapidez ya que se generan más vainas de mielina que aceleran los impulsos nerviosos, nuestros músculos con fibras más eficientes y nuestros órganos con actividad más regulada lo que genera homeostasis, todo esto permitiéndonos tener tiempos de respuesta mucho más cortos, explosivos y eficaces. Esto ha sido estudiado por (Roberts, 2013, 2282–2292), en este estudio se compara la fuerza de un golpe ejercida por un cinturón negro versus personas sin entrenamiento, como era de esperarse la fuerza ejercida por en un golpe de un cinturón negro era mayor, pero la conclusión más relevante de este estudio, es que la fuerza del golpe, no está tan asociada a los músculos, sino que el entrenamiento constante produce que se desarrollen áreas especificas del cerebro que permiten una mejor comunicación con los músculos.
La práctica de artes marciales constantemente, al menos 2 o 3 veces por semana ayuda a la regulación, aumento y disminución de los neurotransmisores y las hormonas. Equilibrando el medio interno según los estímulos que ofrece el medio externo. Hay una gran variedad de hormonas y neurotransmisores que se ven involucradas al momento de realizar actividad física, a continuación procederé a detallar los 3 más relevantes y cómo actúan sobre el cuerpo. Aunque no existen estudios específicos sobre la participación de estás hormonas en las artes marciales, su presencia ha sido comprobada y explicada en varios tipos de actividad física.
Adrenalina
La adrenalina es una hormona y neurotransmisor que es producida en la médula suprarrenal. El organismo produce y almacena esta sustancia y la libera en situaciones de alarma, estrés, miedo, peligro o excitación. Con la activación del sistema simpático y su liberación tiene como principal función el de preparar al organismo para responder con velocidad a la estimulación externa, acelera el ritmo cardíaco, dilata las pupilas, aumenta la sensibilidad de nuestros sentidos, inhibe las funciones fisiológicas no imprescindibles en un momento de peligro (como por ejemplo la digestión), acelera el pulso, incrementa la respiración, también actúa en los procesos de recuperación de la inflamación
Podemos activar y ver la presencia de esta hormona y neurotransmisor especialmente en combate, ya que debemos estar alerta a los movimientos e intenciones de nuestro sparring.
Serotonina
La segunda hormona involucrada es la Serotonina, esta se encuentra en nuestro nuestro tracto gastrointestinal, sistema nervioso y plaquetas sanguíneas. Su principal función es la de regular la actividad de otros neurotransmisores, por lo que está implicada en el control de muchos procesos fisiológicos distintos: regula la ansiedad y el estrés, controla la temperatura corporal, regula los ciclos de sueño, controla el apetito, incrementa o reduce el deseo sexual, regula el estado de ánimo, controla la digestión, etc.
La podemos ver en aumento durante y luego del entrenamiento, durante las prácticas de artes marciales actúa liberando de manera controlada cortisol disminuyendo el estrés, post entrenamiento aporta en el estado de ánimo con la sensación de relajación y plenitud.
Es un importante factor a mencionar ya que la práctica constante aporta a la segregación de esta hormona que modula los estados de ánimo bajando considerablemente las probabilidades de depresión y ansiedad que se producen por bajas concentraciones de serotonina.
Endorfina
La tercera hormona es la endorfina, actúa como neurotransmisor y es producida por neuronas y células de la adenohipófisis. algunos de sus efectos son efectos son de: analgesia, sensación de bienestar e incluso euforia
Las endorfinas son producidas durante la excitación, entrenamiento de fuerza, el dolor, entre otras. Es por eso que en los entrenamientos de artes marciales es importante aumentar los niveles de exigencia de manera progresiva para llevar el cuerpo a un punto límite en donde se rompa la fibra muscular generando dolor y nuevas fibras musculares de tipo rosa que son más resistentes y explosivas en su gestión energética, liberando también endorfina.
A partir de mi experiencia como instructor y alumno he podido presenciar algunos de estos cambios físicos. En general, como se mencionó anteriormente las artes marciales como cualquier actividad física que se practica de forma recurrente trae consigo una serie de beneficios.
Uno de los cambios que he visto y experimentado pero no he visto estudios formales, es un cambio en los huesos, tanto en su forma como su composición. Por ejemplo, el entrenamiento constante de golpes de puños y patadas produce que los huesos de manos y piernas sean más duros. De hecho, es común en muchas artes marciales, forzar el endurecimiento de las extremidades, mediante microfracturas. Este tipo de entrenamiento, no es recomendable para niños, ya que puede ser doloroso e interferir con su desarrollo normal.
Otro desarrollo importante que se da de forma más natural en los niños y niñas, es el desarrollo de la elongación de distintos grupos de músculos, sobre todo en las extremidades inferiores, esto se desarrolla constantemente con los entrenamientos, ya sea mediante la misma ejecución de los movimientos o por rutinas de elongación que son parte del entrenamiento constante de las escuelas de artes marciales. En el caso de las rutinas de elongación es importante hacerlas de forma gradual y siempre muy consciente de los límites de cada persona. Si las rutinas de elongación se realizan de forma muy abrupta o sin la preparación adecuada, pueden producir distintos tipos de lesiones, tales como desgarros, luxaciones o esguinces.
A pesar de todos los beneficios declarados y validados que reciben las artes marciales, también se plantean muchas dudas con respecto a sus posibles daños. Esto dado por su naturaleza de deporte de contacto y además, por las imágenes constantes de competidores profesionales con lesiones graves en extremidades y rostros. Entonces, existe algún riesgo real en la práctica de artes marciales. Para esto primero es importante entender, que cualquier tipo de actividad física conlleva un riesgo de lesión, luego es válido plantear si las artes marciales tienen una mayor incidencia de lesión que otras actividades.
Entre los estudios más relevantes asociados a los riesgos de las artes marciales se encuentra el realizado por (Demorest, 2016, 20), desarrollado por la asociación americana de pediatría, en este trabajo se analizan distintos estudios asociados al riesgo de lesionarse que tienen niños y adolescentes, se ve que el rango de lesiones varía mucho según estilo, pero se encuentra entre 41 y 133 lesiones por cada 1000 practicantes, entre mayor nivel de contacto existe un mayor riesgo de lesión. Este estudio es uno de los más completos que existen, entregando varios datos claves para entender los potenciales riesgos. Entre los temas más relevantes discutidos en esta investigación, se encuentra el cuestionamiento a que tan efectivo son los distintos implementos de protección utilizados en los combates. Por ejemplo, no existe evidencia científica que compruebe que los cascos son efectivos contra lesiones cerebrales, si bien protegen contra contusiones, las lesiones cerebrales se producen debido a cambios bruscos de aceleración del cerebro. Algo similar sucede con las canilleras, ya que si bien estas protegen al pateador de alguna lesión, no sucede lo mismo con quien recibe el impacto. Otro aspecto importante explicado en la investigación es que entrenar más de 3 veces a la semana aumenta en casi el doble la probabilidad de sufrir alguna lesión por cada dos horas extras de entrenamiento.
Autor.- Luis Martínez |3er Dan Kenpo Karate
Co autor.- Arlette Hernández | Cinturón azul Kenpo Karate