Experimentar el desborde de la emoción, soltar el llanto, la frustración, la rabia, vivirlo, sentirlo, eso y mucha más es totalmente necesario incluso aunque no te guste!
Como sociedad nos enseñan a evadir, que si te duele la cabeza tomate un paracetamol, que si te duele el cuerpo levemente por la menstruación te tomes un ibuprofeno, evade el dolor, y la realidad es que evitarlo te impide hacerte sabi@, si tan solo te dedicaras a meditar unos 10 min se te quitaría la jaqueca, si en vez de forzarte a ser productiva en tu menstruación y escucharas a tu cuerpo, sabiamente descansarías. Bueno todo esto que ya está normalizado en el día a día, ocurre también con el mundo emocional.
Generalmente nos gustan las emociones en control y cuando son “buenas” , pues acá te digo que todas las emociones son, ni buenas ni malas, simplemente son.
Son importantísimas, maravillosas y totalmente necesarias, pero y ¿Por qué? ¿En qué nos ayudan las emociones densas?
Las emociones van mostrando nuestra esencia y nuestras heridas, nos van mostrando claramente el camino de nuestra mente y nuestro interior. Son tan poderosas que influencian nuestro pensamiento y muchas veces lo absorben, todo muy conectado.
Las crisis ocurren por una acumulación de sentir, emoción, pensamiento, energía acumulada y que ya no se puede sostener y pum! para afuera.
Las crisis nos dan a conocer todo lo que se tiene reprimido y nos dan la oportunidad de crecer porque llegan en el preciso momento en que necesitamos cambiar ya que lo contenido nos genera demasiado dolor y ya no es posible sostenerlo.
Es importante llevar un proceso terapéutico para APRENDER a liberar las emociones paso a paso y así no generar la olla a presión y explotar en cualquier momento, porque cuando esto sucede es muy probable dañar a todos los que están alrededor e incluso que no tengan que ver con tu herida. Y el estallido muchas veces trae consecuencias.
Pero es curativa, porque liberas, liberas la presión, el humano no está hecho para contener y contener todo, por algo somos relacionales y el equilibrio está en poder expresar nuestra verdad, incluso la que no nos agrada.
Es necesario poder reconocer lo que frustra, disgusta, duele para poder cambiarlo, recuerda no puedes llegar al punto B sin reconocer que estás en el A. Hay que mirarse, entenderse, aceptarse y cuando esto se evade mucho, wosh! viene la crisis curativa, te miras a la buena o la mala.
Así que veamos estos momentos como algo necesario que nos sucede para decir NO MÁS! y buscar ayuda y cambio a los hábitos que nos dañan, no tenemos porque pasar las enfermedades emocionales sin apoyo, y te recomiendo siempre el apoyo de un profesional porque como terapeuta estamos formados para identificar cual es el punto que es clave y así sanar desde una manera amorosa y consciente.
Un abrazo amoroso.
Arlette Hernández c:

